La Formación Profesional y el talento. Los prejuicios académicos sobre la FP
El sistema educativo español –al igual que otros sistemas herederos del modelo napoleónico– se ha desarrollado sobre la perversión de considerar que el éxito educativo solo se da cuando el alumno accede a la Universidad. Así, toda desviación de esta ruta es a menudo vista como un fracaso y, naturalmente, las expectativas sobre el alumnado de Formación Profesional (FP) se sitúan automáticamente por debajo de las de su homólogo universitario.
Este enfoque tiene consecuencias graves: de entrada, distorsiona las metodologías y los sistemas de enseñanza-aprendizaje, sobrevalorando unas competencias sobre las otras e impidiendo que las enseñanzas básicas puedan incorporar competencias relacionadas con la tecnología, la habilidad manual o la resolución de problemas prácticos reales, de modo que se consideran prioritarias una serie de competencias más ligadas al conocimiento abstracto que, a menudo, presentan una dificultad innecesaria para estos niveles y que acaban no teniendo ningún significado para los alumnos. Así, el talento de las personas jóvenes que optan por la FP a menudo no es reconocido, y cuando lo es, el objetivo principal se convierte en empujarlas una vez más hacia la universidad.
Esta dinámica ha provocado que el valor de la FP se mida más por su capacidad de inserción laboral –efectiva y real, por cierto– que por su capacidad de generar talento, innovación e incluso excelencia en los ámbitos en los que opera.
- El Futuro del Trabajo: Complementariedad y Competencias Humanas
Sin embargo, el impacto de estas innovaciones tecnológicas dependerá crucialmente de factores como la organización que las incorpore, la regulación que se establezca (como en el caso de las plataformas) y los valores sociales y culturales sobre el empleo. Además de la tecnología, hay que considerar el impacto del envejecimiento global, el cambio climático y la creciente internacionalización de la economía.
2. El Nuevo Perfil Profesional
Desde el punto de vista de los cambios que se están produciendo el escenario más probable y en el que coinciden los diversos análisis es el de la complementariedad entre la actividad humana y los procesos automatizados. Al igual que ocurrió con la Revolución Industrial, la configuración de un nuevo perfil de trabajador capaz de interactuar con la automatización –incluso en tareas de alto valor añadido y toma de decisiones– requerirá tiempo y cambios profundos en los procesos de formación.
Las nuevas ocupaciones requieren un trabajador con capacidades de creatividad, originalidad, iniciativa, pensamiento crítico, persuasión, inteligencia emocional y resolución de problemas complejos. Es urgente establecer mecanismos para desarrollar masivamente estas competencias soft en la población activa.
3. La Transformación del Puesto de Trabajo
La convivencia de humanos y mecanismos automatizados en un contexto internacionalizado está evolucionando la composición de la mayoría de los perfiles. Hoy se habla más de funciones flexibles y polivalentes que de puestos de trabajo rígidos. El profesional actual debe ser más polivalente, pero al mismo tiempo con un alto grado de especialización.
En la relación hombre/máquina, la actividad humana se centra en planificación, control, verificación y resolución de incidencias, en lugar de la intervención directa en el proceso. Las competencias que ganan peso son transversales y están más ligadas a saberes hacer personales que a conocimientos abstractos.
4. La Pérdida de Talento
En este marco, el informe Draghi (El futuro de la competitividad europea) atribuye la falta de competencias relevantes entre los ciudadanos europeos a una combinación de factores relacionados con los sistemas de educación y formación y con las dinámicas del mercado laboral. Entre las distintas categorías que describe, cabe destacar la que denomina “El deterioro de los sistemas educativos europeos” y, uno de los elementos considera que es:
El excesivo número de jóvenes que no reciben una formación adecuada, lo que provoca una gran cantidad de talento no explotado, centrando el problema esencialmente en abandono escolar prematuro.
Es interesante observar cómo el informe cambia el sentido de la mirada que se hace normalmente del abandono escolar prematuro. Desde la educación, el problema del abandono se enfoca o bien en el sentido de la justicia y la igualdad de oportunidades, o bien en la necesaria educación básica para la cohesión social y el ejercicio de los derechos de ciudadanía.
En este caso, el informe añade una dimensión más: la pérdida de talento. Es decir, no suponer que el abandono afecta únicamente o principalmente a personas poco talentosas desde el punto de vista académico que luchan por salir de la escuela, sino a personas que (en un porcentaje no definido) podrían desarrollar su talento y aportar valor a la sociedad.
La crítica es dura porque la acusación no afecta únicamente a los aspectos de justicia social sino también a los de crecimiento del país. En este sentido, es importante enfocar la lucha contra el abandono escolar prematuro también como una lucha para la promoción del talento de todos y para todos.
5. La Orientación a la Salida de la ESO
Los datos de que disponemos a la salida del cuarto curso de la ESO en cuanto a transiciones de los alumnos que han aprobado la secundaria obligatoria nos indican que la opción mayoritariamente preferida es la del Bachillerato en unos porcentajes que se aproximan al 60% (en descenso moderado en los últimos cursos), mientras que la opción para estudios de Formación Profesional de Grado Medio no superan el 22% (en ascenso moderado los últimos cursos), un 15% aproximadamente, que no se localiza, son susceptibles en parte de abandonar los estudios y un 3% elije otras opciones minoritarias.
La composición de la distribución aproximada 74% a Bachillerato 26% a FP que se produce entre los alumnos que salen del cuarto curso de la ESO con la secundaria aprobada, varia notablemente cuando se analizan los datos del número de alumnos (sin tener en cuenta de donde provienen) que cursan primero de Grado Medio y primero de Bachillerato donde se da una composición mucho más equilibrada (aproximadamente 56% Bachillerato, 44% FP de Grado Medio).
Esto significa que se produce un flujo importante de alumnos que en una primera opción no habían escogido la opción de la Formación Profesional y que posteriormente, provenientes del Bachillerato o de otras situaciones, vuelven a la opción de la Formación Profesional.
Esta situación vendría a reforzar la hipótesis que la orientación académica en nuestros centros educativos prioriza el Bachillerato sobre la Formación Profesional, aceptando cursar formación Profesional solamente cuando se ha fracasado en el Bachillerato.
A parte de la pérdida de esfuerzos humanos y económicos, tanto por parte de los alumnos como por parte del sistema, que representa esta mala orientación (implícita o explícita en el sistema), comporta también y de manera muy importante una pérdida de talento ya que un porcentaje de los alumnos que abandonan el Bachillerato acaban engrosando las filas del abandono escolar y, al mismo tiempo, la opción del paso a la FP desde el Bachillerato sin una orientación adecuada puede favorecer también la opción del abandono.
6. El Abandono Escolar derivado de los currículos y metodologías escolares.
Se es consciente que el Abandono Escolar Prematuro (AEP) es un fenómeno multifactorial que implica diversos elementos tanto familiares, como académicos y sociolaborales. Centrándonos en los factores académicos sabemos que el fracaso escolar es uno de los factores que favorece el Abandono Escolar Prematuro (AEP) y volvemos a encontrar en este caso que el fracaso escolar es también un elemento multifactorial y que puede depender de aspectos derivados de la capacidad de adaptación de los alumnos a los currículos y metodologías que se vehiculan en los centros educativos.
El debate sobre estos aspectos es de rabiosa actualidad y no existe un consenso alrededor de cuáles pueden ser las mejores metodologías y los contenidos curriculares siempre han sido objeto de debate, sin embargo podemos constatar que tanto los mismos currículos (a pesar de los esfuerzos que se han realizado en los últimos tiempos) como las metodologías con que estos se vehiculan en los centros tienen un marcado sesgo academicista (en el sentido de dar más relevancia a los conocimientos abstractos que a otras competencias también relevantes que se podrían vehicular), tal como se ha observado al principio, este sesgo ha comportado que los sistemas de enseñanza aprendizaje hayan sobrevalorando unas competencias sobre otras e impedido que las enseñanzas básicas puedan incorporar competencias relacionadas con la tecnología, la habilidad manual o la resolución de problemas prácticos reales.
Esta tendencia ha llevado a infravalorar el talento relacionado con otros ámbitos de competencias que serían los que, precisamente, se han destacado en los apartados referidos a El Nuevo Perfil Profesional que requerirá competencias como creatividad, originalidad, iniciativa, pensamiento crítico, persuasión, inteligencia emocional y resolución de problemas complejos, y a La Transformación del Puesto de Trabajo que requerirá competencias más transversales más ligadas a saberes hacer personales que a conocimientos abstractos.
Este sesgo educativo puede haber contribuido en algunos casos al fracaso escolar e incluso al abandono prematuro de la formación, debido a que alumnos talentosos en estos ámbitos de competencias no encuentren su acomodo en el sistema y acaben abandonando, con la correspondiente pérdida personal y social.
7. La Formación Profesional una opción de éxito laboral
En el marco de la inserción laboral, la Formación Profesional (FP) ha estado operando con notable éxito.
Tomando como referencia el estudio sobre inserción laboral de los titulados en FP que realiza cada año el Consejo de Cámaras de Comercio de Barcelona y el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya vemos que aparecen las siguientes conclusiones:
- FP como vía efectiva: La tasa de paro entre los graduados en FP se mantiene notablemente inferior a la tasa de paro juvenil general en Cataluña, lo que confirma a la Formación Profesional como una vía efectiva de acceso al mundo laboral.
- Condiciones Laborales: Los resultados sugieren que los graduados en FP acceden a menudo al mercado con mejores salarios y elevados grados de estabilidad contractual en comparación con otros itinerarios.
- Género: En algunas ediciones, la tasa global de inserción laboral ha sido más elevada entre las mujeres (56,7%) que entre los hombres (52,3%), aunque los hombres suelen obtener mejores ingresos.
- Ciclos Superiores (CS): La inserción laboral en los ciclos superiores de FP en el conjunto de Cataluña se situó en el 66,17% en la edición de 2023.
Estas conclusiones, que coinciden con otros múltiples estudios realizados a nivel de España, y que sin duda necesitarían ser analizadas con más detalle, sirven para afirmar el éxito laboral de la FP. Este éxito va más allá de lo que se refiere estrictamente a las competencias técnicas y se relaciona también con las competencias transversales de carácter “soft”.
8. La FP y el Talento
La FP no solo incrementa la empleabilidad en el rango de estudios en el que opera, sino que es competitiva frente a otros estudios para proporcionar las competencias necesarias en lo que hemos llamado el “nuevo perfil profesional” y la “transformación del puesto de trabajo”
Las personas que acceden a la FP desarrollan un conjunto de competencias que van mucho más allá del simple aprendizaje técnico; son habilidades y actitudes que la sociedad actual y la del futuro requiere con urgencia, entre ellas se destacan las siguientes:
- Competencias tecnológicas y digitales: Las profesiones de hoy y mañana exigen dominar herramientas tecnológicas, adaptarse a los cambios digitales y aprender a resolver situaciones nuevas. El alumnado de FP recibe una formación práctica que le acerca directamente al mundo real, aprendiendo a utilizar herramientas, programas y tecnologías que se aplican de forma inmediata al entorno laboral.
- Capacidad de organización y planificación: La estructuración del trabajo, la gestión de recursos, la planificación de procesos y la capacidad para seguir protocolos son valores fundamentales que se potencian en la FP. Estas competencias son indispensables en cualquier sector y son reflejo de un verdadero espíritu de responsabilidad y autonomía laboral.
- Creatividad y solución práctica de problemas: encontrar soluciones prácticas y eficientes a problemas concretos es una competencia que se entrena de forma ordinaria en la FP.
- Trabajo en equipo y colaboración: La sociedad y el mundo laboral se han convertido en espacios colaborativos. La FP fomenta la cooperación, el trabajo en equipo y el desarrollo de proyectos colectivos como parte central del aprendizaje, preparando a las personas para entornos complejos y multidisciplinares.
- Capacidad de adaptación a los cambios sociales y tecnológicos: En una sociedad que cambia vertiginosamente, la capacidad de aprender de forma continuada y adaptarse a nuevos escenarios es una de las competencias más preciadas. La FP, por su propia naturaleza, obliga a estar en constante contacto con los avances tecnológicos y los nuevos retos sociales.
9. Algunas propuestas
Las competencias que se desarrollan en el campo de la FP se están manifestando como competencias clave para el desarrollo de un modelo social y productivo, estas competencias deberían identificarse claramente y trabajarse no solamente en el marco de lo que es la FP sino en las enseñanzas obligatorias en general y en cualquier oferta de formación que pretenda profesionalizar en la sociedad actual.
De la misma manera la pérdida de talento del sistema derivada de los alumnos que podrían dirigirse a la FP y que siguen itinerarios no lineales, obsoletos para el desarrollo de sus competencias o que acaban en el abandono escolar, debe ser combatida mediante la valorización de las competencias que lleva asociadas esta formación y minimizando el sesgo academicista que lleva implícita o explícita la orientación educativa.
De manera general, los avances que se han producido en la FP deben ser sostenidos y propiciados desde un punto de vista estructural: nueva organización de centros de FP; mayor flexibilidad de títulos y currículos conduciendo a mayor polivalencia; potenciación de la oferta de Formación Dual que permita sumar especialización sobre la polivalencia; sistemas de provisión de profesorado específicas para los puestos de FP; formación en movilidad dentro del marco de la UE.
Francesc Colomé, Xavier Farriols, Josep Francí y Oriol Homs
Publicado en DYLE, Dirección y Liderazgo Educativo, número 27 (octubre 2025)
https://dyle.es/la-formacion-profesional-y-el-talento-los-prejuicios-academicos-sobre-la-fp