Excelencia en la FP en Europa: un impulso estratégico
La Declaración de Osnabrück, adoptada en 2020 por los ministros de Educación y Formación Profesional (FP) de la Unión Europea, supuso un punto de inflexión en la definición de los objetivos clave para el período 2021-2025. Este documento sitúa la excelencia como elemento central para el desarrollo de la Educación y la FP, destacando la necesidad de potenciar la resiliencia, así como impulsar la digitalización, la sostenibilidad y la cooperación internacional. Los Estados miembros se comprometieron a integrar estos criterios en sus políticas, reconociendo la formación profesional como una pieza clave para la recuperación económica y la transición hacia economías digitales, verdes e inclusivas.
En el ámbito español, la formalización y el despliegue de los Centros de Excelencia en Educación y Formación Profesional se inició en 2022, impulsado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional. Esta iniciativa se adaptó a la estrategia europea de modernizar los sistemas formativos y fomentar la innovación educativa, poniendo especial énfasis en la digitalización y la mejora continua.
Un año antes, la Fundación Europea de Formación (ETF), en colaboración con la Dirección General de Empleo de la Comisión Europea, creó la Red para la Excelencia (ENE), una plataforma que en los últimos años ha reunido a más de 330 instituciones de más de 50 países[i]. Esta red facilita el intercambio de prácticas, el análisis de distintos modelos de Centros de Excelencia Profesional (CoVE, por sus siglas en inglés: Centres of Vocational Excellence) y la elaboración de estrategias para una reforma sistémica en el ámbito de la formación profesional.
La ENE ha planteado un marco de excelencia que rechaza la idea de una élite educativa y propone, más bien, un enfoque global donde la formación profesional es un motor de competitividad, inclusión y resiliencia. En este concepto, el alumnado es el centro del proceso educativo, mientras que los centros se integran en ecosistemas dinámicos que promueven la colaboración entre educación, investigación, industria y sociedad.
Los CoVE representan este modelo de manera flexible, adaptándose a las realidades nacionales y regionales. Pueden adoptar distintas formas: entidades independientes, instituciones más amplias, redes o clústeres, o centros regionales o sectoriales. Todos comparten la capacidad de actuar como facilitadores dentro de los ecosistemas de competencias, conectando y coordinando a los actores implicados.
Las experiencias de la ENE indican que los CoVE más exitosos cuentan con una autonomía real que les permite innovar y ajustarse rápidamente a la evolución del mercado laboral. Promueven un aprendizaje práctico con un fuerte vínculo con las empresas, y ofrecen cualificaciones que favorecen tanto la empleabilidad inmediata como la continuidad formativa en la educación superior.
Estos centros fomentan la cultura emprendedora e innovadora, dedican recursos a la investigación aplicada y contribuyen a la evolución de los sectores industriales locales. Al mismo tiempo, están comprometidos con la inclusión y la equidad, garantizando que nadie quede excluido. La internacionalización actúa como una palanca estratégica para elevar la calidad y visibilidad de sus programas mediante colaboraciones que trascienden fronteras.
Uno de los aprendizajes esenciales de la ENE es que la excelencia no puede crecer sin un trabajo en red sólido. La colaboración es, al mismo tiempo, condición imprescindible y motor de este éxito. En esta línea, se han creado herramientas de autoevaluación basadas en 23 criterios, con reconocimientos como el sello Comprometido con la Excelencia, que facilita el acceso a financiación y proyectos europeos gracias a una evaluación rigurosa y transparente[ii].
La internacionalización y la elevación de los estándares forman una simbiosis que contribuye decisivamente a situar la formación profesional al nivel de prestigio asociado a la educación superior. Esto incrementa la competencia de los profesionales y su capacidad para afrontar un mercado global y cambiante.
Otro concepto clave de la ENE es la función de los CoVE como facilitadores dentro de los ecosistemas de habilidades, que involucran a diversos actores: proveedores de formación, empresas, asociaciones, instituciones de investigación y administraciones públicas, entre otros. Estos ecosistemas se caracterizan por la confianza, la cooperación y el intercambio constante de conocimiento.
Dentro de estos ecosistemas, los CoVE alinean la oferta formativa con las prioridades industriales y territoriales de la especialización inteligente. Promueven la innovación, el espíritu emprendedor, el desarrollo local y sectorial, y abordan desafíos como la falta de competencias específicas o las brechas de inclusión social. Esta transversalidad determina que los CoVE se definan más por su capacidad de aglutinar colaboración e innovación que por un modelo institucional fijo.
En este marco, la Acción Clave 2 del programa Erasmus+ desempeña un papel fundamental, promoviendo la cooperación entre organizaciones e instituciones a escala europea[iii]. Esta acción respalda las políticas europeas y las iniciativas de los Estados miembros, de los interlocutores sociales y de los proveedores de FP para estimular la innovación y compartir buenas prácticas.
Los CoVE configuran puentes sólidos entre formadores y actores industriales, creando ecosistemas competenciales regionales e internacionales que impulsan la innovación local, el desarrollo sostenible y la inclusión social. Su participación en redes europeas contribuye a la transformación continua del sistema formativo a escala continental.
Los proyectos financiados por la Acción Clave 2 cuentan con un presupuesto aproximado de cuatro millones de euros y una duración de hasta cuatro años. Exigen la participación de, al menos, ocho entidades de cuatro o más países, combinando representantes del sector empresarial y proveedores educativos para garantizar una experiencia multidisciplinaria.
Los responsables de los proyectos de CoVE Erasmus+ se han organizado en la Comunidad de Práctica de los CoVE, una red voluntaria, independiente y autosostenible orientada a compartir experiencias, inspirar y resolver retos comunes[iv]. Esta comunidad celebra reuniones anuales presenciales en el marco del Foro sobre Excelencia Profesional y sesiones mensuales en línea, adaptándose a las necesidades de los participantes.
Con esta estrategia conjunta para promover la excelencia, la inclusión, la innovación y la colaboración internacional, la formación profesional europea avanza hacia un futuro resiliente, sostenible y altamente competitivo, capaz de responder a las expectativas de los aprendices y de la sociedad en general.
Xavier Matheu de Cortada
Ex Experto Senior y Directivo en la Fundación Europea de Formación (ETF)
[i] https://www.etf.europa.eu/en/what-we-do/vocational-excellence-ene
[ii] https://www.etf.europa.eu/sites/default/files/2025-06/International%20Self-Assessment%20Tool%20for%20Centres%20of%20Vocational%20Excellence%20_%20EN.pdf
[iii] https://erasmus-plus.ec.europa.eu/programme-guide/part-b/key-action-2/centres-vocational-excellence