Institut de Vic, una nueva, conocida identidad

Desde 1995, el Institut de Vic —entonces Instituto Politécnico— no empezaba un curso escolar únicamente con oferta de Formación Profesional (FP). El pasado septiembre, treinta años después, volvió a hacerlo. Ochenta años después de su creación como Escuela de Maestría Industrial, el instituto reanudó su actividad tras las vacaciones ofreciendo exclusivamente aquello que ha sido su principal rasgo de identidad: la FP.

Reconstruirse como centro específico de FP no ha sido un proceso fácil. No podía serlo en un centro que ya había superado ampliamente los 2.000 alumnos. Pero, a pesar de las dificultades y desde una mirada externa como la nuestra, el proceso era necesario. Las diferencias metodológicas y de tratamiento del alumnado entre la FP y la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) son demasiado grandes para abordarse en un único claustro. La experiencia de muchos centros en Cataluña demuestra que, para aprovechar todo su potencial, la FP necesita espacios y un claustro de profesorado específicamente dedicado a formar y dar oportunidades al alumnado que cursa estos estudios y a las empresas que necesitan profesionales cualificados.

El Institut de Vic vuelve a ser un centro específico de FP, pero lo hace sobre una base cualitativamente muy superior a la de 1995. Pese a alguna pequeña turbulencia a finales de la primera década de este siglo, el trabajo realizado por un claustro de profesorado responsable bajo la dirección de Cristòfol Estrella, su director actual, ha permitido que el instituto inicie el curso con más de 1.600 alumnos, más de 160 profesoras y profesores, y una oferta formativa que es un referente para Vic, con influencia en toda la comarca y otras vecinas: 2 Ciclos Deportivos de Grado Medio (Fútbol y Salvamento y Socorrismo), 7 Certificados Profesionales, 5 Programas de Formación e Inserción (PFI), 3 de ellos en colaboración con el Ayuntamiento de Vic, y 26 Ciclos Formativos (14 de Grado Medio y 12 de Grado Superior). La oferta implica las familias profesionales de Administración y gestión, Comercio y marketing, Electricidad y electrónica, Industria alimentaria, Fabricación mecánica, Hostelería y turismo, Imagen personal, Instalación y mantenimiento, Química, Sanidad y Transporte y mantenimiento de vehículos. Casi todos los ciclos se ofrecen en modalidad dual intensiva y, hecho destacable, en horarios de mañana, tarde y noche.

El instituto cuenta con las certificaciones del sistema de gestión ISO 9001, ISO 14001, ISO 45001 y e2Cat. Ha llevado a cabo pruebas de acreditación de competencias para la obtención directa de los títulos de Técnico y Técnico Superior, es sede de las pruebas de acceso a los Grados Medio y Superior de FP y de otras actividades afines que señalan las áreas de expansión futura del Instituto.

Nos permitimos enfatizar dos ámbitos en los que el Instituto destaca: la formación dual y la movilidad internacional. En relación con la formación dual, cabe decir que un 52% del alumnado cursa sus estudios en la modalidad dual intensiva. Hay que tener en cuenta que la familia profesional sanitaria, por las características de la actividad de las empresas y entidades del sector, hace bajar la media, que en algunos ciclos como el CFGS de Transporte y logística, el CFGM de Elaboración de productos alimentarios o el CFGM de Actividades comerciales, llega al 70%. Si recordamos que el índice de inserción laboral de los estudios realizados en dual intensiva es superior al del resto y que los índices de inserción laboral de los titulados de FP siempre destacan respecto a los de su cohorte de edad, el éxito es muy notable.

La participación en programas de movilidad internacional es otro de los logros destacados del Instituto. Con actividades iniciadas en 1992, la acción internacional es uno de los rasgos diferenciales del centro, que ofrece a su alumnado, profesorado, personal de apoyo y trabajadores de las empresas colaboradoras la posibilidad de realizar una estancia formativa en el extranjero (sea en Europa o en el resto del mundo). Lo hace a través de seis programas diferenciados: Movilidad de estudios, de prácticas, dual, de trabajadores, de profesorado y de personal auxiliar.

Un imponente mapamundi en el despacho del Director refleja de forma muy elocuente la proyección internacional del Institut de Vic: hay señalados hasta 30 socios internacionales en todos los continentes. No hace falta decir que 30 socios estables no se construyen en un par de temporadas de trabajo: son el resultado de muchos años de buena labor.

El propio Cristòfol Estrella, en este caso a título individual, es el Presidente de NETINVET (https://www.netinvet.org/app.php/es/), una red europea de centros de formación y organizaciones profesionales que promueve la movilidad de los estudiantes de comercio internacional, transporte y logística y mantenimiento de vehículos industriales. Una responsabilidad que, cabe decirlo, solo recae en personas con una trayectoria internacional contrastada.

Si todos los logros que acabamos de destacar han sido posibles gracias al trabajo realizado durante tres décadas en que el centro ha contado con oferta de ESO y Bachillerato, ¿no podría haberse continuado igual sin dar el paso a centro específico de FP? Desde el punto de vista de la ordenación del mapa de la FP, la respuesta ha de ser negativa. Ofrecer ESO y Bachillerato impedía crecer, no solo por los límites en la disponibilidad de espacios, sino porque imposibilitaba el desarrollo de aprendizajes y servicios a las empresas que la comarca necesita. Tal como prevé y facilita la ley de 2022, el Instituto debe poder constituirse como centro integrado y ampliar la impartición de Certificados Profesionales, apoyar el procedimiento de acreditación de competencias profesionales adquiridas en la experiencia laboral, abrirse de forma mucho más significativa a gestionar acciones de formación para empresas y, en definitiva, a toda aquella actividad derivada de una relación aún más intensa con las empresas de la comarca.

El Instituto comienza esta nueva etapa con los espacios casi optimizados. Lo estarán por completo cuando el alumnado de Bachillerato y ESO, que aún está pendiente de reubicación, se traslade a otro espacio de la ciudad. El nuevo diseño y uso de estos espacios permitirá ensanchar un poco más los entornos, pero no tiene capacidad para alojar toda la actividad que el Institut de Vic es capaz de generar. Es urgente, como en tantos otros centros públicos de Cataluña, realizar las inversiones necesarias para que el crecimiento del Instituto pueda hacerse sin la densidad de población por metro cuadrado que, ahora mismo, es un condicionante para el aprendizaje. La buena voluntad y la implicación del profesorado y del propio alumnado hacen que este sea un problema provisionalmente resuelto. Pero hay que encontrar soluciones sostenibles, y eso significa inversiones, construcción de nuevos centros o reforma-rehabilitación de edificios ahora destinados a otros usos.

La disponibilidad de nuevos espacios no es solo una cuestión de mejora de los entornos —metros cuadrados— para el aprendizaje y para el trabajo del profesorado, que ya serían temas suficientemente relevantes por sí mismos. Es un reto fundamental para poder explotar todo su potencial. Ampliar el edificio actual o, si resulta más eficiente, disponer de nuevas subsedes es esencial para la contribución del Instituto a las necesidades de cualificación profesional de la población de Vic y, de hecho, de toda la comarca de Osona.

Sea cual sea la solución más adecuada, los esfuerzos de las instituciones deberían dirigirse a dotar la comarca de la mejor oferta de FP, con el sistema más adecuado a la demanda de las empresas y con el modelo más estable. Esto implica —lo hemos reiterado en los últimos tiempos— un liderazgo del sector público que en Osona ya cuenta con todos los elementos para hacerse realidad. Es necesario dar los pasos pertinentes para rematar la faena.

Josep Francí, Francesc Colomé, Xavier Farriols y Oriol Homs.